Cuando una empresa necesita subcontratar IT, elige un socio en función de sus sentimientos pero no de criterios comerciales. El vendedor experimentado promueve características e hitos que no pueden lograr y, en la mayoría de los casos, no comprende.
Luego viene la rotación, los sobrecostes, la baja calidad y los asuntos legales. Y finalmente, el responsable de contratar el servicio perdió su trabajo y la empresa quema el presupuesto.
Empecemos por el principio
Es el final del trimestre y tienes un presupuesto que debes destinar. Después de cinco reuniones con cinco proveedores diferentes, tiene la sensación de que todos son exactamente iguales. Salvo pequeños detalles.
Las grandes corporaciones te dan confianza pero son caras. Sientes que las pequeñas lo lograrán mejor y es fácil confiar en ellas, pero en caso de fallar necesitarás justificar el riesgo frente a tu organización.
Lo más sospechoso es que todos los pretendientes te dieron un presupuesto rápido y te proporcionaron candidatos expertos, pero por otro lado, solo mencionan el alcance del proyecto con muy pocos detalles. ¿Cómo es posible? Tal vez, ¿es como tener una primera cita?
La tragedia se acerca
Estas en una reunión inicial con la familia real, y justo después estás solo con un inseguro recién graduado en su primera experiencia laboral. En el mejor de los casos, reaccionará rápido; en el peor, se enojará con el adolescente. Pero sea como sea, es demasiado tarde para revertir.
Se acerca la fecha límite, la empresa de subcontratación siente su pánico y le ofrece más recursos, por supuesto, con un coste adicional. Prefiere optar por una segunda opción, pero la primera empresa hará todo lo posible para bloquear la cooperación. Te sientes víctima de la mafia y el estrés se vuelve insoportable.
Revertir el final infeliz
Tres meses después, el vendedor ha desaparecido. Es hora de culpar y tu nombre está en la parte superior de la lista.
Luego, se pone en marcha un nuevo presupuesto, nuevas empresas de subcontratación presentarán sus propuestas y sucederá una nueva tragedia o éxito. Depende de su elección.
¿Prefieres entonces, una empresa de confianza que conoce sus limitaciones y te propone plazos realistas? ¿Una que insiste en tener claros los requisitos desde el principio, incluso antes de la cesión del contrato? ¿Los que dan retroalimentación positiva y negativa? ¿La empresa que no desperdicia presupuesto en eventos promocionales y cenas? ¿O los que construyen una relación de amistad en un entorno profesional?